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Real: Puchero ultraproteico para luchadores de sumo

Actualizado: Vie, 23/10/2015 - 09:30

En el mundo del sumo, la comida es tan importante como un buen entrenamiento.
Resulta cuando menos curioso que los luchadores de peso atribuyan su incremento de peso a las proteínas y que en Occidente haya tantas dietas hiperproteicas presuntamente ´adelgazantes´
Una posible traducción de chankonabe podría ser “guiso de papá”

Los luchadores de sumo japoneses recurren a un caldero muy rico en proteínas (para lo que es habitual en este pueblo de tradición vegetariana…) llamado “chankonabe”.

Según descubre Roger Ortuño en el modélico blog “Comer Japonés”, se trata de un plato cocinado en la misma mesa con un puchero metálico (tessunabe), cuyo caldo acaba bebiéndose. Aunque existen tantas variaciones como luchadores de sumo y cocineros, el chankonabe con salsa de soja suele llevar cerdo, pollo picado y verduras como la bardana.

Según explica Ortuño en su blog, “antiguamente en Japón, siguiendo los preceptos budistas, no se comían productos de origen animal, por eso triunfaba la cocina vegetariana o (shôjin ryôri 精進料理) que practicaban los monjes. Posteriormente, introdujeron las aves y otros animales bípedos, porque existía la creencia que la ingesta de animales cuadrúpedos podía provocar salir derrotado o gateando a cuatro patas. Por ese motivo, las únicas proteínas que comían procedían de los productos derivados de la soja”.

“Después de la apertura de las fronteras de Japón hacia el resto del mundo”,prosigue este enamorado de la cultura japonesa, “la carne se ha ido estableciendo como un ingrediente habitual en la dieta japonesa. De hecho, en este caso, es fundamental para que los luchadores de sumo desarrollen más masa muscular, ya que el chankonabe es un plato hiperproteico que incluso contiene fideos shirataki, con muy pocas calorías y una gran dosis de proteína animal, lo mismo que sucede con el kon’yaku”.

“Al final de la ingesta”, concluye el artículo titulado “Comiendo chankonabe en Tokyo”, “se sirven fideos soba o udon en el propio caldo restante, para darle el aporte de hidratos de carbono necesarios para que el cuerpo procese todas las proteínas”.

Sobre este particular, resulta cuanto menos curioso que estos luchadores atribuyan a las proteínas animales el incremento de su peso (es poco creíble que su “aumento” de masa muscular sea gracias a las proteínas, según la EFSA), mientras que en Occidente no cesan de proliferar promesas adelgazantes “hiperproteicas o proteinadas”.

En “Japonismo”, otro interesante blog dedicado a la comida del país del sol naciente, se cuenta que “aunque no se sabe con exactitud cuando comenzó a popularizarse este nombre para referirse a la comida típica de los luchadores de sumo, la teoría más aceptada proviene de finales del siglo XIX, cuando un luchador que ya estaba retirado comenzó a encargarse de la cocina en una de las heyas o gimnasios de sumo de la capital de Japón. Como la palabra en el argot de Tokio para decir “papá” es chan, la comida que realizaba aquel viejo luchador recibió el nombre de chanko-nabe, algo así como el guiso de papá, y acabó popularizándose en todas las heyas”.

A renglón seguido, Laura, Luis y Jesús, impulsores de “Japonismo”, explican que “un luchador de sumo no ingiere ningún alimento desde que se levanta (los de más baja categoría lo hacen a eso de las 6)  hasta casi el mediodía, ya que para ellos es fundamental aprovechar al máximo todas las calorías que se ingieren y comer algo justo antes de realizar un duro ejercicio es considerado una pérdida de aprovechamiento de ese potencial calórico recién ingerido. Sólo tras el entrenamiento matutino y el baño refrescante llega la hora de comer, uno de los momentos más importantes en la vida diaria de un luchador”.

 (…) “Los luchadores de sumo no realizan ningún tipo de ejercicio nada más comer, sino que por el contrario lo que hacen es dormir una buena siesta de un mínimo de un par de horas para tratar de aumentar de volumen lo más rápidamente posible, algo muy beneficioso a la hora de enfrentarse a sus rivales en un combate. Y es que en el mundo del sumo la comida es tan importante como un buen entrenamiento, por lo que los oyakatas o entrenadores ponen mucho énfasis en este asunto. Es muy común que un joven luchador recién iniciado en el mundo del sumo apenas llegue a los 75 kilos, e incluso puede que pierda algunos kilos durante sus primeros meses de entrenamiento. Los entrenadores han de estar muy vigilantes en este aspecto para evitar que esto se produzca y hacer que el joven luchador empiece cuanto antes a ganar peso para poder combatir en mejores condiciones en los torneos oficiales”.

(…) “El chanko-nabe siempre es elaborado por los luchadores de las categorías inferiores. La mayoría de ellos jamás llegarán a tener un nivel que les permita competir con los mejores, por lo que puede que durante muchos años sigan encargándose de la comida casi diariamente y con el tiempo se acaben convirtiendo en auténticos expertos en cocinar chanko-nabe. Por ello es muy habitual ver que muchos antiguos luchadores al retirarse de la competición abren un restaurante de chanko-nabe para ofrecer al público la especialidad que ellos han estado tantos años preparando para sus compañeros”.

“El primer restaurante de chanko-nabe se abrió al público en Tokio en 1937, pero no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando este tipo de establecimientos empezaron a proliferar y a hacerse tremendamente populares. En la actualidad hay restaurantes de este tipo por todo Japón, aunque los más conocidos están situados en el área de Ryogoku, zona por excelencia para el sumo en Japón. Yo mismo tuve la oportunidad de probar la típica comida de los sumotori en el Chanko Tomoegata, uno de los restaurantes más cercanos al Kokugikan, el estadio de sumo de Tokio. Y cuando se acude a uno de estos restaurantes en Japón a degustar un buen plato de chanko, uno realmente se da cuenta de por qué los luchadores de sumo ganan tanto peso con tanta rapidez”.

Para saber más:

  • “Comerjaponés”
  • “Japonismo”
  • “Nipponia”
  • Wikipedia
  • Basulto J, Manera M, Baladia E. Dietas hiperproteicas o proteinadas para adelgazar: innecesarias y arriesgadas. Dieta Dukan y método PronoKal® como ejemplo. FMC. 2012; 19(7): 411-8.
  • EFSA. Protein related health claims. EFSA Journal 2010;8(10):1811.
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